[Entrada 253]
Te expulsarán al desierto
—Esta mochila, para ti, simboliza la libertad, seguro —dice Ôshima.
—Tal vez —digo.
—Quizá se experimente una felicidad mayor al poseer algo que simbolice la libertad que poseyendo la libertad en sí misma.
—A veces —digo.
—A veces —repite—. Si se celebrara un concurso de respuestas breves, seguro que tú te llevarías la palma.
—Puede —digo.
—Puede —dice Ôshima con pasmo—. Oye, Kafka Tamura. Puede que la mayoría de personas de este mundo no deseen, en realidad, ser libres. Sólo están convencidos de que lo desean. Todo es una fantasía. Si realmente consiguiera la libertad, la mayoría de la gente se encontraría con graves problemas. No lo olvides. A la gente, de hecho le gusta la falta de libertad.
—¿A ti también?
—Sí. A mí también. Hasta cierto punto, claro —dice Ôshima— Jean-Jacques Rousseau afirmaba que la civilización nació cuando la especie humana empezó a levantar barreras. Es una observación muy perspicaz. En efecto. Todas las civilizaciones son producto de la falta de libertad en parcelas. Sólo hay una excepción: los aborígenes australianos. Ellos preservaron hasta el siglo XVII una civilización sin barreras. Eran libres hasta la raíz. Podían ir a donde les apeteciese cuando les apeteciera, hacer lo que les apeteciera. Su vida era, literalmente, un constante ir de aquí para allá. Y andar de un lado para otro era, para ellos, una profunda metáfora de la vida. Cuando llegaron los ingleses y construyeron cercas para encerrar a los animales domésticos, ellos no podían entender de ninguna manera qué significaba aquello. Y, como eran incapaces de comprender aquel principio, los tacharon de seres peligrosos, antisociales, los expulsaron al desierto. Así que también te recomiendo a ti, Kafka Tamura, que tengas cuidado. Al fin y al cabo, los que mejor sobreviven en este mundo son los que levantan barreras altas y fuertes. Y si te opones a ellos, te expulsarán al desierto.
(Haruki Murakami: Kafka en la orilla.)
4 comentaris:
De Murakami sólo he leído Tokio blues y un par de cuentos, recuerdo uno donde un chico inventa una historia maravillosa para hablarle a una chica, sólo que inventa la historia cuando la chica ya se ha ido... Me gusta lo que has transcrito y creo que tiene toda la marca del autor; lo poco que he leído de tiene tintes melancólicos y de locura...
También me ha recordado a una frase de Chavela Vargas “Lo supe siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ése es el precio que tienes que pagar: la soledad.” Y que hay más sólo que es desierto...
Al respecto, cambie otra vez mi dirección, parece que una bestia desértica también se caracteriza por ser camaleonica y cambiante... vagabunda y escurridiza.
Saludos y besos querido Joseph, un gusto el leerte
En primer lugar me alegra saber de ti y recuperar el contacto.
Hace poco publiqué un texto sobre el miedo a la libertad, encontré un este texto un buen complemento a lo que expuse en el mío. Aunque no se corresponda con mi forma de ser me resulta muy atractiva esa forma de ver las cosas de los japoneses.
Muchas gracias por pasarte y muy especialmente por el comentario.
Un abrazo.
Me llamó la atención la ausencia de la versión catalana, jejeje.
En cuanto al texto, una perla!!!! Desconozco la obra de ese autor (la literatura japonesa no es mi fuerte) pero ciertamente tendré que ponerme a tono.
Gracias por semejante fragmento.
Besos enormes
@ZekYs, em va sembla poc noble traduir-ho al català quan no ho podia fer de l'original en japonès.
A mi també em sembla una molt bona reflexió.
Gracies a tu per passar i molt especialment pel comentari.
Una abraçada.
--- Traducción de mi comentario precedente en catalán ---
@ZekYs, me pareció poco noble traducirlo al catalán cuando no podía hacerlo del original en japonés.
A mí también me parece una muy buena reflexión.
Gracias a ti por pasar y muy especialmente por el comentario.
Un abrazo.
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